La menopausia es un periodo de transición en la vida de la mujer que trae consigo una serie de cambios físicos y emocionales y la piel también se ve afectada, experimentando transformaciones significativas debido a los cambios hormonales.
¿Qué ocurre en nuestra piel durante esta etapa?
Durante la menopausia ocurre una diminución de los niveles de estrógeno y progesterona que afecta a la producción de colágeno y elastina, dos proteínas esenciales para la firmeza y la elasticidad de la piel. Como resultado, la piel tiende a volverse más delgada, seca y más elástica, lo que lleva a la aparición de arrugas, flacidez y pérdida de luminosidad que tanto queremos evitar. Además, la reducción de la actividad de las glándulas sebáceas puede provocar una disminución en la producción de aceite natural, lo que contribuye a un aumento de sequedad y la irritación cutánea.
¿Qué problemas puede tener nuestra piel durante la menopausia?
Los problemas en que derivan estos cambios hormonales durante la menopausia, entre otros, pueden ser los siguientes:
– La sequedad cutánea es el problema más común. La incapacidad de la piel para retener la humedad puede provocar una sensación de tirantez, descamación y picazón. Este déficit de hidratación puede hacer que la piel se vuelva áspera, opaca y propensa a la formación de líneas finas y arrugas. Esta falta de hidratación afecta también a la función de barrera protectora aumentando la posibilidad de tener irritabilidad, alergias y otros problemas cutáneos.
– La pérdida de elasticidad por la disminución del colágeno y elastina. Uno de los cambios más notables. Estos dos elementos estructurales de la piel son responsables de la firmeza y la elasticidad, así con su pérdida la piel tiende a hacerse más flácida y menos tonificada. Esto además de los resultados estéticos como son las arrugas, líneas finas y piel colgante, hace a la piel más propensa a lesiones, cicatrices y estrías por su incapacidad de recuperarse de los estiramientos y deformaciones.
– Las arrugas y líneas finas son otra consecuencia de la falta de colágeno de tipo I (80% del colágeno de la piel) responsable de la resistencia y III (aproximadamente un 13% del colágeno total) responsable de la elasticidad. Este colágeno de tipo III es el que más se reduce durante la menopausia.
– Desarrollar piel sensible. Una de las consecuencias más comunes y que más afecta a nuestra vida en esta etapa. La disminución del grosor de la piel y, muy importante, el bajo nivel de hidratación hace que haya un aumento de sensibilidad y que la piel reaccione de manera más intensa a estímulos externos como el sol, viento, productos cosméticos e incluso el agua. Suele manifestarse en forma de enrojecimiento, picazón, ardor o irritación y es especialmente notable en mujeres que ya tenían piel sensible.
– Hiperpigmentación. Suele desarrollarse por la bajada de niveles de estrógeno y el castigo acumulado durante años por el sol. Puede ser especialmente notable en áreas como el rostro, manos y el escote.
¿Cómo cuidar la piel durante la menopausia?
Estos factores afectan muchísimo a la salud y bienestar de las mujeres en esta etapa de la vida. Si te preocupan y quieres saber qué medidas tomar para contrarrestar al máximo los posibles efectos y luchar para que no avancen, estas son nuestras recomendaciones:
– Cuidado de la piel adecuado. Para evitar la sequedad, la flacidez, la pérdida de elasticidad y tendencia a las infecciones es crucial adoptar un cuidado que incluya una limpieza suave, una hidratación intensiva y protección solar diaria. Es aconsejable el uso de productos que contengan hidratantes intensivos, antioxidantes y prebióticos. Éstos harán que la piel esté mucho más flexible y menos propensa a infecciones y lesiones.
– Hidratación eficaz Es necesaria la incorporación de productos ricos en ingredientes hidratantes como ácido hialurónico, glicerina y ceramidas, que ayudan a restaurar la barrera protectora de la piel y retener la humedad. Además, es importante aplicar la crema hidratante regularmente, especialmente después de la ducha o baño cuando la piel está más receptiva a la absorción de la humedad. Mantener una rutina de hidratación adecuada, te ayudará a aliviar la sequedad y la irritación, y promover una piel más suave, flexible y juvenil durante la menopausia.
– Nutrición completa Mantener una dieta equilibrada durante la menopausia desempeña un papel crucial en la salud y apariencia de la piel. Es fundamental consumir una variedad de alimentos ricos en nutrientes esenciales para mantener la piel saludable y radiante. Esto incluye alimentos ricos en antioxidantes, como frutas y verduras coloridas, que ayudan a combatir el daño causado por los radicales libres y a promover la regeneración celular. Además, es importante consumir suficientes proteínas para apoyar la producción de colágeno y elastina, que son fundamentales para la firmeza y elasticidad de la piel. Asimismo, mantener una adecuada ingesta de grasas saludables, como las presentes en los aguacates, nueces y pescados grasos, ayuda a mantener la hidratación y flexibilidad de la piel
– Ejercicio físico. El ejercicio juega un papel fundamental en el mantenimiento de una piel saludable y radiante ya que aumenta la circulación sanguínea, lo que ayuda a llevar nutrientes y oxígeno a las células de la piel, promoviendo su regeneración y vitalidad. Además, el sudor generado durante el ejercicio ayuda a limpiar los poros obstruidos, lo que puede prevenir brotes de acné y mejorar el aspecto general de la piel. La actividad física también reduce el estrés, lo que a su vez puede reducir la inflamación y mejorar la apariencia de la piel. En resumen, integrar el ejercicio regular en la rutina diaria durante la menopausia no solo beneficia la salud física y mental, sino que también contribuye significativamente a mantener una piel sana, radiante y juvenil.
– Protección solar. Durante la menopausia, la disminución de estrógeno y melanina hace que nuestra piel sea más vulnerable al sol. Esto puede acelerar el envejecimiento de la piel. Es crucial usar protector solar diariamente para proteger la piel de los daños UV, prevenir arrugas y mancyas y mantener la piel saludable.
– Microbioma. El microbioma cutáneo, una comunidad diversa de microorganismos que habita en la piel, juega un papel crucial en su salud y equilibrio durante la menopausia. A medida que las hormonas fluctúan durante este período de transición, el microbioma también puede experimentar cambios significativos. Mantener un microbioma cutáneo equilibrado es fundamental para proteger la piel contra la sequedad, la irritación y las infecciones. Estudios recientes han demostrado que el microbioma cutáneo puede influir en la inflamación, la producción de sebo y la función de barrera de la piel, lo que puede afectar directamente su apariencia y salud general durante la menopausia. Por lo tanto, mantener un microbioma cutáneo saludable a través de prácticas como el uso de productos de cuidado de la piel que respeten su equilibrio natural y el consumo de alimentos probióticos puede ser esencial para promover una piel radiante y resistente durante esta etapa de la vida.
Mantén una buena rutina facial para conseguir una piel sana durante la menopausia
Como has podido ver en este artículo, la menopausia marca un período de cambios significativos en nuestra piel, influenciados principalmente por la disminución de estrógeno y otros cambios hormonales. Estos cambios pueden incluir sequedad, flacidez, pérdida de elasticidad y aumento de la sensibilidad. Sin embargo, con una atención adecuada y proactiva, es posible mitigar muchos de los efectos adversos. Mantener una rutina de cuidado de la piel que incluya limpieza suave, hidratación intensiva, protección solar y, opcionalmente, el uso de ingredientes activos específicos puede ayudar a mantener la piel saludable, radiante y resiliente va a ser clave durante esta etapa. Con el cuidado adecuado, lograrás que tu piel continue luciendo y sintiéndote sana y juvenil.
Deja una respuesta