Cuando hablamos de cosmética biocompatible nos referimos a aquella que ha sido creada con un objetivo: ser compatible con la biología natural de la piel. Para conseguir esto, en laboratorio, trabajamos con biotecnología vegetal. Es decir, escogemos ingredientes que sabemos que son compatibles con la piel, y mediante un proceso de extracción de células madre, prebióticos y probióticos, conseguimos los principios activos que darán efectividad a nuestros productos.

La principal diferencia radica en su enfoque científico y su compromiso con la salud de la piel a largo plazo. La cosmética convencional contiene muchos ingredientes agresivos o irritantes como parabenos, fragancias artificiales, colorantes sintéticos o alcoholes de secado, y puede ser que en su uso diario no lo notes, pero con el tiempo, tu piel puede desarrollar problemas derivados de este tipo de ingredientes. Utilizar cosmética biocompatible te asegura que sus ingredientes son buenos para tu piel y que no hay ningún activo que pueda generarte problemas a largo plazo.

Puedes imaginarlo como si estuviésemos hablando de comida. Tanto la comida basura como la comida rica en nutrientes te quitan el hambre en el momento, pero a largo plazo, una tiene más beneficios que la otra a la salud de tu cuerpo.

Significa que nuestros productos están formulados para abordar no sólo los problemas de la piel a corto plazo, como la sequedad, el enrojecimiento o el acné, sino también para promover la salud y el equilibrio de la piel para que en el futuro ya no vuelvas a tener rojeces, sequedad o aquellos problemas derivados de usar una cosmética agresiva con tu piel.

El microbioma de la piel es el ecosistema de microorganismos que habita en nuestra piel. Puedes imaginarlo como un jardín en el que habitan en armonía microorganismos buenos y malos. Los microbios buenos mantienen la piel sana y equilibrada, mientras que los malos son los que pueden causar problemas.

Cuando el microbioma de la piel está equilibrado, los microbios buenos mantienen a raya a los patógenos dañinos, ayudan a regular la producción de sebo y fortalecen la barrera protectora de la piel. Esto contribuye a una piel sana, radiante y resistente a las agresiones externas.

Sin embargo, si este equilibrio se ve perturbado, ya sea por factores como el estrés, la mala alimentación o el uso de productos no saludables para la piel, puede dar lugar a problemas como brotes de acné, irritación, sequedad, sensibilidad, inflamación, dermatitis atópica, etc.

La cosmética biocompatible ayuda a que tu microbioma esté equilibrado y, por tanto, no promueve que tu piel sufra de estos problemas.

Los procesos biológicos de la piel son las funciones naturales esenciales que aseguran su salud y vitalidad. Estos incluyen la renovación celular, donde células viejas son reemplazadas por nuevas constantemente, y la producción de sebo, que mantiene la piel hidratada y protegida. Además, la piel cuenta con un sistema inmunológico propio para defenderse de las infecciones, y un mecanismo de cicatrización que repara los daños. Estos procesos trabajan en conjunto para mantener la piel sana y funcionando adecuadamente, pero cualquier desequilibrio puede dar lugar a problemas cutáneos como sequedad, acné o sensibilidad.

Es crucial cuidar estos procesos mediante el uso de productos que los respeten, como la cosmética biocompatible que ha sido creada con ingredientes tratados con biotecnología y cuidadosamente seleccionados que imitan y potencian las funciones naturales de la piel y al ser formulada con ingredientes suaves y respetuosos con la piel, ayuda a mantener el microbioma cutáneo en equilibrio